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Mil doscientas comidas al día. Alepo y la emergencia alimentaria

Emma Garroni12 junio 2025

La realidad cotidiana de los sirios está marcada por la “caza de dinero”. En toda Siria y Alepo, la emergencia alimentaria, a pesar del fin de la guerra, sigue existiendo.

Ayham Khouly, responsable de proyectos de Pro Terra Sancta en Damasco, habla de una Siria de rodillas desde el punto de vista económico y, por tanto, también social. «Los bancos, vaciados de liquidez, imponen grandes restricciones a los retiros: el límite diario se establece en solo 30 dólares, una cifra que no permite a la mayoría de las familias satisfacer las necesidades básicas. Un ciudadano exasperado lo expresó de esta manera: “Es una lucha diaria acceder a nuestro propio dinero”».

A la situación se suman los precios que fluctúan sin un criterio aparente: “En Siria, el costo de los bienes no parece seguir ninguna regla económica: el precio real está separado tanto del tipo de cambio oficial como del tipo de cambio del mercado negro paralelo”. Los expertos hablan de una verdadera “anomalía siria”: “Esta discrepancia alimenta el mercado negro y hace la vida imposible a los consumidores. A veces incluso se les pide que paguen directamente en dólares estadounidenses, lo que es imposible para la mayoría de la gente: es una moneda demasiado alta, la gente no tiene más dinero”.

La crisis de liquidez tiene un impacto directo en los ingresos de los ciudadanos, que se ven inmersos a diario en una “caza de efectivo”: “En una economía que todavía depende en gran medida del efectivo, donde los pagos electrónicos todavía no están muy extendidos, la falta de billetes se traduce en la imposibilidad de comprar bienes esenciales”. Todo esto provoca grandes retrasos en el pago de los salarios: “Los bancos también sufren de falta de liquidez, y por lo tanto muchas familias no pueden recibir sus salarios”.

Debido a esto, muchas personas y familias en Siria ya no pueden acceder a las necesidades básicas: la emergencia alimentaria es una realidad que sigue existiendo, a pesar del fin de la guerra en el país. Es para combatir el hambre que Pro Terra Sancta ha lanzado y continúa llevando a cabo los proyectos de la panadería y el comedor de beneficencia en Alepo.

“En el corazón de Alepo, una ciudad que ha sufrido mucho a causa de la guerra, el comedor social de Pro Terra Sancta brilla como una vela de esperanza: no solo ofrece comidas calientes, sino también un mensaje de amor y solidaridad que une a todos los sirios, independientemente de su origen”. Jean-François Thiry, responsable de los proyectos de Pro Terra Sancta en Alepo, relata los beneficios más ocultos que el apoyo alimentario aporta a las personas necesitadas; En primer lugar, la esperanza y la conciencia de no estar solos.

La cantina de Alepo distribuye mil doscientas comidas calientes todos los días. Para ayudar al mayor número posible de personas, los espacios se utilizan íntegramente para preparar y cocinar las comidas: los beneficiarios pueden ir al comedor llevando recipientes para llenar, y luego llevar la comida a casa a sus familias.

Vídeo: visita al comedor social de Alepo con Jean-François Thiry, para hacer frente a la emergencia alimentaria
¡Vea la visita virtual a la cantina con la guía de Jean-François!

Además de acoger a los beneficiarios individuales, el comedor apoya las realidades locales (orfanatos, residencias de ancianos, instalaciones que acogen a personas que necesitan asistencia continua) a través de la entrega de comidas para todos los huéspedes. Tejer relaciones con estas realidades es una oportunidad para construir vínculos con comunidades de diferentes orígenes, culturas y credos, dando vida a un sustrato común de apoyo mutuo que hoy, en Siria, es un espejismo: un destello que nos permite mirar hacia un futuro de paz y convivencia, que hoy todavía no logra afirmarse.

Durante una reciente visita al albergue islámico Al-Mabarra , que alberga a 40 residentes, ancianos y huérfanos, muchos de los cuales sufren discapacidades físicas y mentales, el equipo de Pro Terra Sancta pudo experimentar de primera mano el impacto que tienen estos gestos de solidaridad, que van mucho más allá de la ayuda material contingente. “Durante la visita al refugio”, dice Jean-François, “el equipo se fijó en la limpieza y el cuidado esmerado de las habitaciones, pero lo que impresionó a todos fueron las sonrisas en los rostros de los residentes: un signo de que el amor es realmente el arma más poderosa contra la desesperación”.

“La cocina popular no es solo un proyecto para alimentar a los necesitados: es un puente entre religiones y culturas, una afirmación de que la humanidad es el vínculo más profundo que nos une”.